viernes, 28 de enero de 2011

ser amigas, lo más importante

Reencontrarse con una amiga de la adolescencia después de veinte años es una cosa maravillosa, deberíamos pedir salud, amor, dinero y un amigo para siempre, solo así la felicidad podría existir.Cuando después de veinte años, cada una con su carga y sus delicias marcadas a brochazos en la cara, nos enfrentamos a ese espejo y a lo largo de la conversación, todo vestigio de edades queda sujeto al cariño inmenso que nos profesamos y que no murió, que vive latente en los gestos primerizos, comprobamos que la edad de las cosas es la que le dá el alma y nada más.
Si quieres la felicidad pide una amiga o un amigo para siempre que aunque parezca obvio no es tan fácil encontrarlo de verdad. Si tienes un amigo de verdad,ponelo en el altar de tus días, junto a lo irremplazable y obtendrás la gran recompensa de sentirte querido y abrazado por la vida.
Viva la amistad honda, la que cruza la calle de tu corazón.